jueves, diciembre 16, 2004

Me lo llevo...

Unas palabras de Mayra con conclusiones de Maxx, respecto al tema del libro: "Me lo llevo, una historia del shopping" de Thomas Hine.
-------------------------------------------------------

El autor Thomas Hine afirma en su libro que: “Compramos para alcanzar el éxito”, una frase que al analizarla resulta en parte cierta. A partir de hace unos 50 años, todos los seres humanos nos encontramos girando alrededor de los objetos y nos definimos a partir de ellos. Juzgamos a los demás por lo que tienen, deseamos tener cosas y más cosas sin importar el precio que paguemos por ellas y de igual forma nuestra autoestima depende de ello.

Cada vez que adquirimos un objeto nos sentimos bien con nosotros mismos y creemos que pronto podremos alcanzar aquello que siempre hemos anhelado y vamos por la vida acumulando cosas que hasta en ocasiones ni siquiera utilizamos o necesitamos.

Compramos como una recompensa por el esfuerzo y trabajo duro que realizamos en nuestras actividades cotidianas pero lo que olvidamos hasta cierto punto es que nuestra personalidad también se define por lo que tenemos.

Cuando una persona conoce la casa u habitación en donde vive algún amigo o familiar, se puede conocer bastante sobre ella por lo que la adorna y tiene en cada rincón de la misma. Nuestro físico y nuestras posesiones hablan mucho de nosotros mismos y dejan ver cosas que ignoramos o que simplemente lo vemos como natural. Es por ello que cuando invitamos a alguien a nuestro hogar nos sentimos un poco nerviosos y descubiertos ya que queremos dar una buena impresión y al mismo tiempo sentirnos aceptados.

Al querer pertenecer a un grupo es donde se desprende el que nuestro acto de compra lo sintamos como una “gran responsabilidad” y que queramos hacerlo bien. Por lo que vamos buscando ofertas, descuentos, gangas y todo aquello con lo que podamos ahorrar un poco de nuestro dinero y al lograrlo sentimos que hicimos una buena compra aunque sin darnos cuenta que hemos caído en las trampas de la Publicidad y Mercadotecnia.

Como un buen ejemplo de ello se encuentra la moda, la cual el autor la define como un “medio para hacer que los objetos queden obsoletos antes de que haya transcurrido su vida útil.” Con ello nos provocan un sentimiento de que lo que tenemos o compramos hace a penas unos meses sean ya arcaicos, pierdan su valor y por lo tanto deseemos lo más nuevo, cayendo en un círculo vicioso.

Lamentablemente hemos llegado a un punto en el que comprar se ha vuelto indispensable en nuestra vida y poco a poco vamos cayendo en el exceso. La Publicidad y la Mercadotecnia han ido descubriendo el complejo proceso que realizamos a la hora de comprar y los profundos sentimientos que nos conllevan a ello y han logrado explotarlo al máximo. Como unos de sus resultados se encuentra la Navidad que se ha vuelto una época de consumo masivo, excesivo y en la que a partir del mes de diciembre se comienza a sufrir de mayor tráfico en la ciudad, los centros comerciales atiborrados por gente comprando y se siente una atmósfera un tanto frenética. Es la época en la que las personas terminamos sucumbiendo a las “ofertas” que se presentan.

Sí, en parte los objetos que poseemos definen nuestra “persona superficial” por que al final quiero pensar, que la mayor parte de lo que consumimos es lo que nos gusta y acomoda aunque haya Publicidad y Mercadotecnia de por medio.

El basar nuestra personalidad y nuestro éxito en las cosas materiales provoca, como lo hemos visto en los últimos años, un vacío “espiritual” en la persona por que al final se da cuenta de que no puso mayor atención en temas que hasta cierto punto nos pueden llenar más de alegría, felicidad y también por qué no, definen nuestra personalidad como lo son: la familia, los amigos, nuestra relación con la vida y las personas que nos rodean, etc. Y como millones de personas en el mundo se han dado cuenta, “la clave está en el balance y no en los extremos”.